MONÓLOGOS
ZEUS
Yo soy para los griegos Zeus y para los romanos
Júpiter, pero ustedes se preguntaran porque dos nombres, pues la respuesta es sencilla:
los romanos se dedicaron a copiar gran parte de las tradiciones de los griegos,
pero con la diferencia que les cambiaron los nombres a algunas como por ejemplo
a nosotros los dioses, en fin soy venerado por dos civilizaciones, lo cual me
hace más grande y mantiene mi vida eterna y la de los demás dioses.
Comenzare a contarles primero como me
consolide como el dios más poderoso de todos los tiempos, disculpen mi poca humildad,
pero soy Zeus.
Bueno empecemos. Todo comenzó cuando Cronos,
mi padre, uno de los doce titanes, decidió casarse y tener hijos. Para cumplir
con esto acordó unirse con Rea, mi madre, y una de sus hermanas y así formar una familia.
Sin embargo, Gea, mi abuela, le conto que
sobre su vida pesaba una profecía, que decía que uno de sus hijos le quitaría
el trono de la misma manera como él se lo había arrebatado a su padre, ustedes
se imaginan el susto de ese man, con ganas de tener hijos y para saber que le iba
a pasar lo mismo que a su padre, que cosa tan horrible.
Pero mi padre no se iba dejar quitar el trono
así de fácil, pues resolvió que cada vez que mi madre diera a luz se comería de
inmediato la criatura traída al mundo, y así fue, de manera inmisericorde, se comió
a mis únicos cinco hermanos que tengo.
Ellos fueron Deméter, Hades, Hera, Hestia y Poseidón.
Metis, mi prima la diosa de la sabiduría, me enseño desde
pequeño a ser sabio. Precisamente por esto pude llegar a ser el dios más
importante, que gobernaría sobre todos los demás.
Cuando estuve hecho todo un hombre, decide
salvar a mis hermanos, los cuales se encontraban en el estomago de mi padre, ya
que se los había tragado enteros. Con ayuda de Metis y de mi madre, se maquino
un plan para derrocar a mi padre.
Fue tanta la ira de mis hermanos que no fue
difícil convencerlos de ayudar para acabar con mi padre. Y fue entonces cuando
comenzó la batalla más violenta de que se tenga noticia.
Todos los titanes se unieron a Cronos y desde
el monte Otris comenzaron a atacarme a mí y a mis hermanos. Nosotros nos
atrincheramos en el monte Olimpo. La batalla no tenia fin eso duraba y duraba.
Ellos nos atacaban y nosotros respondíamos.
Entonces, al ver esto, Gea, mi abuela, me
aconsejo de que me dirigiera al tártaro donde se encontraban los innombrables,
los hecatonquiros (Coto, Briareo y Gigas) los cuales tenían cincuenta cabezas y
cien brazos. También se encontraban los ciclopes (Brontes, Esteropes y Arges),
ellos me regalaron el trueno, el rayo y el relámpago; a mi hermano poseído le dieron el tridente y a
hades un yelmo que lo hacía invisible.
Cuando les dije que si me ayudaban a derrocar
a mi padre y a los demás titanes ellos no dudaron en aceptar, ya que Cronos no
los había rescatado de su prisión cuando el destrono a su padre.
La batalla termino y entonces ordene que se
tomaran presos a los titanes y que los encadenaran a todos, excepto a Atlas, hijo
de Japeto, y antes de enviarlos al tártaro castre a mi padre, tal cual como
había sido él con el suyo.
Desde entonces se les encomendó vigilar las
puertas del Tártaro para evitar que alguien pudiera huir de ese espantoso
lugar.
Ahora les contare como soy en la actualidad.
Primero comencemos por la parte que siempre llevo conmigo la Egida (escudo
impenetrable que puede transformarse en lo que yo quiera) y el rayo, el trueno
y el relámpago.
También controlo muchas fuerzas de la
naturaleza, como la lluvia y algunos vientos.
Soy muy sabio, pueden preguntarme lo que
quieran, que se les responde. Pero mi gran debilidad son las mujeres, es que no
me puedo negar a su atracción, son seres muy poderosos en cuanto en enamorarme. Me gustan las mujeres hermosas, ya sean
diosas o inmortales, su compañía es algo que disfruto mucho.
Soy el padre de los hombres y los dioses, soy
el prudente, soy el de amplia mirada, porque todo lo puedo ver, me escucharon
bien, todo lo puedo ver. Soy el conocedor de todos los designios inmortales.
Rijo todos los cuerpos celestes: los planetas, las estrellas, las
constelaciones y todo lo que se encuentra en el cielo. Además ordeno las leyes,
hago cumplir los juramentos y dicto los oráculos.
GEA
Soy la gran madre tierra, Gea es mi nombre,
yo soy la que surgió del caos, soy el eterno e inquebrantable sustento de TODO;
yo sola engendre a mi hijo Urano el dios del cielo y con el cual después
hice mi esposo, con el engendre a una nueva generación, esta fue de los titanes
que fueron doce: seis lindas niñas: Tetis, tea, Temis, Mnemosina, Bebe y
Rea. Y Mis Seis Lindos Niños: Océano, Ceo, Crio, Hiperón, Janeto y
el más valiente de todos Cronos.
Tuve también con el los ciclopes Seres Que
Solo Poseían un Ojo Eran tres: Brontes, Asterapes y Arges; También Engendre a
los hecatonquiros, de cuyas espaldas salían cincuenta pares de brazos también
eran tres: Briareo, Coto y Gias. Urano se sentía avergonzado de los
hecatonquiros, así que los encerró en el tártaro; un Sitio Tormentoso de eterno
sufrimiento, el mundo de las profundidades de la tierra y oscuridad donde no
verían jamás la luz del sol; Por El Contrario a los ciclopes los dejo vagar
libremente por la tierra.
¡Yo no permitiría esto! ¡Eran mis hijos! Y yo
los amaba Yo estaba triste y encolerizada así que llame a los titanes para que
me ayudaran y se revelaran contra su padre. Al Principio Todos Tenían Temor,
pero sin embargo mi hijo cronos, el menor de los Titanes se armó de valentía y
me dijo que me ayudaría. Cronos siempre había tenido una mente retorcida, el
más valiente y poderoso de mis hijos.
Para el suceso le forjé yo misma una hoz de
acero muy brillante y se la entregue a cronos, luego mi hijo espero a que Urano
pasara conduciendo la noche y cuando estaba confiado y se hecho a descansar, le
tendió una emboscada y sin pensarlo dos veces mi hijo lo castro y luego lanzo
sus genitales al mar, de las gotas de sangre derramadas sobre mi surgieron los
gigantes, además de ser enormes, siempre estaban armados con lanzas largas y
espadas, las Erinias también llamadas las furias, eran las criaturas más temidas
por los mortales.